PROGRAMA DE REHABILITACIÓN:

ESTE CONSTA DE TRES O CUATRO FASES.
Fase I:
Es el periodo de internación del paciente (habitualmente de 6 a 14 días post infarto) o posterior a cirugía.
La educación y consejos se inician inmediatamente.
Los ejercicios físicos se realizan con movimientos amplios de miembros, ejercicios en la cama, sentarse y levantarse de forma intermitente y caminatas.
La intensidad de la actividad física es determinada previamente por el medico responsable.
El propósito de esta fase es reducir los efectos perjudiciales del descondicionamiento físico, normalmente acompaña al reposo prolongado en la cama.

Fase II:

Es un periodo de convalecencia (luego de alta y hasta 8-12 semanas).
La actividad física se prescribe luego de determinar el perfil de riesgo y los resultados del test ergométrico.
También en esta fase se realiza educación y consejos relacionados al estilo de vida y apoyo psicológicos y vocacional cuando sea necesario.

Utilizaremos en principio:

a) trabajo aeróbico
b) Ejercicios dinámicos con el menor componente de elementos isométricos por su desfavorable repercusión sobre el aparato cardiovascular (asenso brusco de la presión arterial y la frecuencia cardiaca).
c) Ejercicios mixtos, objetivo eficiencia cardiorrespiratoria por medio de ejercicios funcionales de resistencia, movimientos libres y juegos gimnásticos para mejorar el tono y flexibilidad muscular. d) los ejercicios deberán efectuarse regularmente.
e) Deberá existir una receta o prescripción kinésica.
f) El nivel de programa individual se basará en el concepto de la frecuencia cardiaca, correspondiente a la capacidad funcional útil.
g) El programa se basara en 3 sesiones por semana.
h) El trabajo debe ser permanentemente monitoreado.
Se darán consejos para un programa domestico el cual podrá realizase en forma de marcha y/o ejercicios construidos sobre la base de la respuesta de la frecuencia cardiaca.
Comenzaremos con sesiones de gimnasia:

1. De preparación al esfuerzo incluyendo ejercicios de flexibilización y musculación, abarcando miembros superiores, inferiores y tronco.

2. Fortalecimiento de los músculos del plano posterior contra la gravedad comenzando con pequeñas cargar y avanzar en el tiempo.

3. Fortalecimiento abdominal con espiraciones forzadas y lentas.

4. Reposo varios minutos en decúbito antes del trabajo ergonómico.

5. Bicicletas ergonómicas con el objetivo de desarrollar resistencia.

6. Cintas inclinable para la marcha con variación de la pendiente se trabaja la eficacia de la misma, hay que corregir el desarrollo del paso el balanceo de los miembros superiores y el empuje del paso posterior.

7. Escaleras: ascenso y marchas.

8. Relajación una o dos veces por semanas utilizando las técnicas de Schultz y Jacobson.

9. Colchonetas y música suave para realizar los ejercicios de relajación y elongación de los músculos.


Algunos de los ejercicios que puede hacer sobre la colchoneta son:

Paciente en Decúbito dorsal, rodillas flexionadas, pies apoyados en el piso cabeza apoyada en un cojín de 5 cm de alto:

  • Acercar alternadamente las rodillas al pecho.

  • Llevar los brazos extendidos más atrás de la cabeza.

  • Levantar los pies en forma alternada con extensión de rodillas.

Puede cambiar los decúbitos: decúbito lateral derecho, cadera y rodillas extendidas-Elevar repetidamente el miembro inferior izquierdo.

  • Desplazar inferior el miembro izquierdo hacia delante y hacia atrás-acercar ambas rodillas y la cabeza hacia el tórax.

Fase III:

Comprenderá técnicas y programas idénticos a lo de la readaptación para el esfuerzo de la fase dos, de una duración de 4 a 6 meses, aunque de intensidad superior, mas juegos deportivos no violentos y sin fines de competición: natación, ciclismo, tenis, golf, que se controlara por el kinesiólogo.

El paciente realizara todos los días una hora de marcha, no cuando hace frió o calor intenso, tres secciones por semana.

Todo esto con el objetivo de preservar los resultados adquiridos en la fase dos.

Fase IV:

Corresponde a la actividad física permanente no supervisada.
Esta actividad debe ser individualizada y la progresión debe ser lenta y gradual con relación a la intensidad y duración del ejercicio.
La actividad física aeróbica debe ser priorizada con una frecuencia de dos a tres días por semana con sesiones de 20 a 40 minutos con nivel moderado y confortable para el paciente.
Ejercicios de sobrecarga muscular, de intensidad leve a moderada pueden ser realizados para mejorar la potencia y la capacidad cardiovascular.
Sin embargo, estos ejercicios deben ser prescriptos adecuadamente y con una supervisión cuidadosa.
Es importante desarrollar estrategias para incrementar el interés y motivación a largo plazo.

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